“Quedar por fuera de la circulación textual equivale a quedar fuera de la historia” escriben Graciela Maglia, Miguel Rocha y Juan Duchesne. Y es que por medio de la palabra y el registro de esta, independiente de la forma en que se conserve, se hace posible la preservación de la memoria de los pueblos. Es por lo anterior que acá queremos resaltar el trabajo de algunas poetas colombianas recogidas en la antología publicada por el Ministerio de Cultural y recopilada por Guiomar Cuesta y Alfredo Ocampo, Antología de mujeres poetas afrocolombianas (2010).
El cuerpo de la mujer negra como texto en el que se escribe la historia con tinta blanca constituye un espacio discursivo transhistórico epicentro de las cuestiones de raza, sexualidad e identidad.
La antología, que se puede consultar en línea, recoge a varias poetas que han participado activamente en el Encuentro de Poetas Colombianas en el Museo Rayo de Roldanillo, Valle del Cauca, el cual celebra este año su versión 37. Este encuentro, que se ha desarrollado ininterrumpidamente, contó en su segunda edición en 1986 con la primera poeta afrocolombiana, Ana Milena Lucumí, a la que en posteriores versiones se sumarían varias almadre o almanegra, título que se le otorga a las poetas que han alcanzado la excelencia, como María Teresa Ramírez, Mary Grueso y Elcina Valencia.
Ahora, casi cuatro décadas después, el festival reúne a más de 200 poetas de todo el país, con la participación de invitadas extranjeras, para compartir en torno a la poesía y al aprendizaje, por medio de exposiciones, recitales y conferencias. Inclusive la pandemia no fue excusa para detener el evento el año pasado y este se repite de manera virtual entre el 19 y el 24 de julio.
La inscripción no tiene costo y hay plazo hasta el 30 de junio para enviar un video de un recital poético de aproximadamente 10 minutos al correo ventas@museorayo.co, o de enviar escritas las propuestas de recitales, conferencias, entrevistas o performances al correo info@museorayo.co.
La antología puede ser consultada en la página del Banco de la república: https://babel.banrepcultural.org/digital/collection/p17054coll7/id/15
Tania Maza Chamorro
Cartagena. Poeta, dramaturga, directora teatral y profesora de teatro y literatura en varias instituciones de educación superior, así como es directora de su propio colectivo llamado Proyecto de la Nada Teatro. Entre sus distinciones se encuentra el de Mejor Obra y Mejor director en el 2005 por la obra Electra Garrigó, del cubano Virgilio Piñera. Su obra poética se recoge en el libro Tríptico que incluye tres poemarios: Los demás serán mis mariposas, Noticias de un país en guerra y Cuando los hermanos se fueron al norte.
Un país me está doliendo
Todos los días
hay una afrenta más de un grupo de hombres
que como dioses
deciden la vida y muerte de sus semejantes,
penetran por parajes y campos:
con las fastuosas luces de la guerra.
Pueden sembrar la sangre en los caminos
pero no verán nunca crecer su cosecha.
Paulina Cuervo Valencia
Cartagena. Poeta y periodista que desencantada de la situación de su natal Cartagena se fue a vivir a Alemania. Amante de los perros, ha publicado varios poemas en diferentes periódicos y revistas, además de tener libros de poesía inéditos como Los sueños de la bestia y Palabras.
Sangre de libertad
Te aprisionaron cadenas
pero tu fortaleza las rompió,
aunque te hicieron esclavo,
tus sueños fueron libres,
tu lucha los hizo crecer.
Y te llamaron negro
con actitud humillante,
pero tu erguido pecho,
siempre fue constante.
Tu lamento se volvió música
que la lluvia y el viento envolvieron en su manto,
fecundando el suelo donde pisa,
la mujer que amamanta con su pecho
al hijo que parió libre.
Una raza guerrera le enseñó,
que sus brazos y piernas eran fortaleza,
al moverse al ritmo del tambor
su cuerpo es melodía viviente.
Hombre de piel oscura,
hombre de raza negra,
levanta con fuerza hoy tu bandera
porque tejiste una historia
con hilos de desprecio
y con la coraza de un pecho
engrandecido por la nobleza.
Mary Grueso Romero
Guapí, Cauca. Licencia en Español y Literatura, con estudios en enseñanza y desarrollo social y cultural. Mary es considerada una de las poetas más influyentes del Pacífico Colombiano. Se ha preocupado por desarrollar talleres de lectura y conversatorios, lo que la he llevado a obtener diferentes reconocimientos como el de ser la primera mujer poeta sagrada del Pacífico caucano, título dado por la Normal Nacional de Guapí, y la aparición en diferentes documentales que narran su vida y su quehacer.
Naufragio de tambores
En mi sangre de mujer negra
hay tambores que sollozan
con rumor de litorales,
naufragio de marimba
en los esteros de la manglaria.
Oigo sonar el guasá
con sonidos incitantes,
y siento un clamor en el cuerpo
que me recorre hasta el alma
cuando me llama de adentro,
de las profundas entrañas,
los gritos de mis ancestros
formando tempestades
en mi corazón y mi sangre.
Entonces se encienden hogueras
en mi ánfora pagana
y me muevo como palmera
cuando el viento la reclama.
Son tambores navegantes
desde los estuarios de África
que navegan en la orilla oscura de mi sangre.
Julia Simona Guerrero
Cali, Valle del Cauca. Alba Ximena Gutiérrez, como es su verdadero nombre, ha sido autora de varios cuentos, performances y poemarios inéditos, como Canto de grillos con el que ganó la Mención de Honor en el concurso Ediciones Embalaje. Ha tenido la oportunidad de llevar su poesía por países como Chile, España y Alemania.
Cali a la deriva
Tú no sabes nada,
yo hablaré de mis sábados
percibiendo el silencio
detrás de todo ese ruido
que cada sábado
es más ruinoso.
No sabes de las estrellas mayores
ni de las polares.
Solo sabes de una pequeña ciudad
con los vicios de las mayores.
Cali, cuánto has cambiado
en el transcurso de una vida.
Por tus rincones fui testigo del canto de los pájaros,
pero ya no hay luciérnagas
ni mariquitas rojas con puntos negros
ni lluvia de granizo
con los peces saltando fuera de tu río.
Tampoco niñas como yo,
callejeando la ciudad verde,
hermosa, tranquila,
llena de ventanas,
puertas
y muros
que nos cuentan historias.
Estás perdida,
perdiste las bondades del recuerdo,
vas a la deriva
como un paisaje cibernético,
visto desde todas las vistas.
Cali, donde mi amor baja la mirada
al pensarme
y no encontrarme
en sus calles vacías,
llenas de mutantes desconocidos.
En tanto que yo,
en casa,
le espero
Por: Laura Silva
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